Me gusta mucho mirar por la ventana y fantasear situaciones inexplicables y algo imposibles.
A veces suelo armar una historia mental en un largo viaje en colectivo, los personajes son las personas de afuera, que siguen con sus vidas mientras yo soy la espectadora que pasa desapercibida, me oculto detrás de un vidrio.
Tengo que admitir que durante la lluvia me gusta mucho más, las historias pueden ser más interesantes, con mas confictos climaticos pero tambien con un toque romantico extraño que se apdera de la escena.
Otras veces, simplemente cuando camino por la calle, miro a mis colegas transeuntes a mi alrededor y puedo imaginarme sus vidas, las situaciones, a donde van, de donde vienen, que piensan que sienten...es realmente apasionante.
Pueden pensar que soy una metida, o pueden pensar que mi imaginación ilimitada es producto de una locura agravada...ambas opciones son validas, y las acepto.
Me siento guionista imaginaria.
Sin papel ni lapiz, invento las historias y así mi propia vida queda en segundo plano para poder armar la de los otros, en algunos momentos prefiero que los otros importen mas...yo ya sé quien soy.
