viernes, 2 de septiembre de 2011

María Soledad



Habia una vez una nena que siempre jugaba a las muñecas.
Una nena que le gustaba armar casitas y sentirse titiritera de algun ser.
Una nena que disfrutaba de imaginar una vida agena.


Habia una vez la misma nena, que creció.
Se olvidó de jugar, y sin querer inventó una vida.
Inventó una vida que no era de ella, una vida que ella nunca vivió.


Habia una vez una Joven mujer que decidió ser ella misma.
Una joven que se asustó al descubrir que no podia sacar su mascara.
Una joven que todo lo que tenia era su actuación.


Habia una vez una Joven que cumplió cincuenta años.
Una Mujer que ahora estaba sola.
Una mujer que nunca supo amar.


Habia una vez una casa.
Una casa vacía.
Una casa de muñecas.
Un ambiente olvidado.
Una máscara en el suelo.