viernes, 13 de noviembre de 2009

Un Día


¿Qué pasó que ultimamente me dejé estar?

Me olvidé de todas las cosas que queria hacer o intentar.

Pensé que las cosas iban a caerme en la cabeza,

y me olvidé que mi vida era mía, y no la vivo.

Me abrazé a los pensamientos tristes

me quedé con los recuerdos variados,

las peleas, las discuciones, los abrazos, los besos

muchas palabras que se fueron, y otras que no se dijeron.

Nunca me dí cuenta pero cambié demasiado,

dí muchas vueltas en el lugar, solo para verme la espalda.

Me miré a los espejos, me arrodillé en el suelo, y nada...

Cambié, y no me dí cuenta, o no lo quise ver.

Me volví una persona diferente de la que era,

todos me recuerdan la "luz" que se supone tenía...

Y yo sé que si algo de luz en mi quedaba, se fué o por lo menos, se apagó.

No quiero ser así, pero a la vez me gusta sacar todo afuera,

y llorar, llorar en silencio, llorar fuerte, llorar escondida, llorar sollozando.

Algunas veces, soñé con alcanzar el cielo, y dependia siempre de alguien más.

¿Cuando será el dia que solo dependa de mí?, ¿hoy?, ¿mañana?...

Siempre, ya lo sé, siempre dependió y depende de mí.

Pero creo que le tomé miedo a volar, y ya no me quiero despegar del suelo,

me voy aferrando cada vez mas a la tierra, a las raices de los arboles viejos,

y me oculto tras las cortezas que se caen, y me dejo estar.

Me quedé en el tiempo, me quedo acá, esperando algo que sé que no va a llegar...

Pero soñando algo que no espero que llegue y tal vez lo haga...

¿Quién sabe?

No hay dia como hoy, la vida es hoy, salgamos.


1 comentario:

Ignoto dijo...

La luz no se apaga sino que no se muestra.
Pero está ahí dentro, aunque ni siquiera tu recuerdes como era.
El entorno nos puede transformar por completo en algo que no somos. Y esa es la prueba más evidente de que estamos en el sitio incorrecto.
Uno es plenamente feliz cuando desarrolla todo su potencial, con naturalidad fluye lo que somos si nada lo impide.
Yo perdí mucho de lo que era y ahora me voy descubriendo poco a poco. La satisfacción es tan intensa que no hay duda de que es el camino correcto. La felicidad necesita del autoconocimiento y la autorrealización.